¿Tienes un jardín, balcón o terraza? ¿Te gustan las plantas aromáticas? Entonces la planta de menta es ideal para ti. Resistente a la temperatura, adaptable a gran diversidad de suelos, los cuidados de la menta son simples, sencillos y fáciles de seguir.
A cambio otorga la posibilidad de realzar los sabores de tus comidas, preparar sabrosas infusiones como el té o la limonada mentolada, y por sobre todo perfuma tus ambientes con ese aroma fresco tan característico.
Cuidados de la menta: ¿Qué hacer y qué no?
Lo primero que debes tener en cuenta con respecto a la menta es que sus raíces tienden a invadir. Por lo tanto, si la plantas en el jardín debes tener cuidado con el resto de tus plantas, ya que podría apoderarse de sus espacios y de esta forma matarlas.
Para ello se recomienda o bien plantar la menta en una maceta, o si quieres hacerlo en el suelo, hacerlo dentro de algún recipiente que pueda de alguna forma controlar o contener el crecimiento de sus raíces.
Si quieres tener diferentes variedades de esta planta aromática, debes considerar plantarlas por separado, de otra forma se desvanecerán tanto los sabores como los aromas propios de cada variedad.
Lo ideal para la menta es el clima templado. En cuanto a su ubicación procura situarla en una zona donde tenga sombra parcial, aunque también podrá soportar abundante luz solar. Pero evita que esté totalmente expuesta durante la época de mayor calor.
Por otro lado, si el invierno es muy cruel, deberás tener la precaución de entrar la planta al interior, ya que las heladas podrían matarla.
Dentro de los cuidados de la menta, lo principal a tener en cuenta es el riego. A esta planta le encanta el agua y la humedad. Riega seguido y abundante, pero ten cuidado que el agua no se encharque, si eso pasa las raíces corren el riesgo de pudrirse.
Durante el verano quizás necesites regarla todos los días, siempre asegúrate de que tenga la tierra húmeda mas no embarrada.
Recuerda que si la planta está en una maceta deberás chequear que la misma tenga agujeros en la parte de abajo, lugar por el cual drenará el agua sobrante.
La menta es de crecimiento veloz, por lo que, sin importar si es para consumo o para quitarle volumen a la planta, no dudes en podarla de tanto en tanto. Ya verás como seguirá creciendo cada vez más. También procura sacarle las hojas ya marchitas, o si tiene, partes muertas.
Si quieres tener una nueva planta de menta, pon en un recipiente con agua alguno de los recortes que hayas realizado. Espera a que echen raíces y cuando esto ocurra ya puedes plantar los esquejes. Ten paciencia y dale tiempo a que las raíces alcancen algo de longitud.
Si la planta crece sana y no notas ninguna anomalía, no necesitaras fertilizante. Recuerda que lo más importante es el riego y la humedad.
Beneficios y usos de la menta
Los beneficios de la menta son muchos y variados. Tal y como hemos explicado anteriormente los cuidados de la menta son super sencillos, y cuando veas todos los usos que de ella puedes obtener no dudarás en conseguir o comprar una planta.
Para explicar con claridad que provecho se puede obtener de esta hierba es mejor separar en los beneficios que se consiguen interna y externamente.
Desde el punto de vista interno puedes usar la menta para:
1 Aliviar las vías respiratorias. Un beneficio indudable de la menta es la mezcla de los poderes expectorante, descongestionante, y antiséptico. Esos tres efectos que produce esta hierba disminuyen los síntomas que se sufren durante una gripe o resfriado. De hecho si empiezas a leer los prospectos de los medicamentos que son recomendados para las afecciones respiratorias, encontrarás que muchos de ellos incluyen esta hierba o algún derivado de ella.
2 Calmar diferentes tipos de dolencias o padecimientos estomacales. Contribuye a la digestión, distiende el abdomen ya que es un excelente relajante de esos músculos y reduce la flatulencia. También aliviana los síntomas del reflujo estomacal o ardores. Pero lo cierto es que además la menta se puede usar para aumentar el apetito gracias a su potente aroma que genera la activación de las glándulas salivales, incitando de esta forma al estomago a producir enzimas.
3 Mitigar los diferentes trastornos de la mala circulación. Un dato que no muchos conocen es que la menta tiene propiedades anticoagulantes, es por ello que mejora la circulación sanguínea y ayuda a disminuir algunas de sus manifestaciones como pueden ser la hinchazón de las piernas, el dolor de cabeza o a las varices. De allí que también sea usada para aliviar los síntomas del mal de montaña o de altura, ya que concede a las células mayor cantidad de oxígeno.
Estos son los usos externos que puedes obtener de la menta:
1 Mitigar el mal aliento. Si sufres de este mal seguramente tengas siempre a mano chicles o caramelos de menta, pero ¿alguna vez has probado masticar hojas de menta? Es hora de probarlo, no solo te ayuda a eliminar el mal aliento sino que además se puede aprovechar en el caso que tengas la boca seca o problemas en las encias.
2 Calmar picazón y limpiar heridas. La menta tiene propiedades antisépticas y antibacterianas que son las indicadas si se aplica de forma local, para limpiar heridas o calmar la urticaria. Nada más sencillo que moler o machacar algunas hojas de menta fresca con agua y aplicar donde se necesite.
3 Calmar dolores. Ya sean migrañas o dolores musculares puedes usar el aceite esencial de menta o una infusión de la misma. Usa un paño para realizar compresas en aquellos sitios en los que sientas dolor. También es muy útil en caso de golpes, o si tienes alguna zona inflamada.
Como puedes ver esta hierba tiene muchos beneficios. En algunos casos se usa el aceite esencial de menta, en otros la infusión o las hojas frescas directamente. Por eso te alentamos a comprar o conseguir una planta de menta y a seguir nuestros consejos en cuanto a los cuidados de la misma. Eso sí, te recomendamos comprar el aceite de menta para utilizarlo. Preparar tu propio aceite esencial de menta no es difícil pero lleva tiempo y debes tener mucho cuidado ya que luego lo usaras para aplicar sobre la piel, por lo tanto debes estar muy seguro de lo que haces.
Ya has visto que los cuidados de la menta no son tan complicados y en cambio sus beneficios son extraordinarios, es hora de ponerte en acción y empezar a disfrutar del sabor de esta planta cuando es fresca y recién cortada de tu jardín.